25 de Febrero de 2023

Día 4, Sábado.

Otra vez toda la noche dando vueltas pensando qué hacer. En la tele dicen que bajan 10 grados y ya estábamos bajo cero, yo no sé como se puede bajar más. Desayuno en el mismo hotel, no tengo ganas de hacerme nada. Salgo y ya está nevando, engancho dirección Leon pero antes doy gran rodeo para poner gasolina, porque me he desorientado y me advierten de que justo más adelante está cayendo mucha más nieve. Yo estoy animado... sigo.

Voy directo a León, está nevando una barbaridad. Tiro por autovía este tramo pues quiero llegar cuanto antes, así que me pego a un camión para que me pare un poco la ventisca y son 70 km de nevada, frío y bandazos. Llego a León a las 10:23 y me meto en una gasolinera a calentarme. Me quedo ahí como media hora larga.

No sé que hacer... no tengo muchas alternativas tampoco. Me cuesta muchísimo rendirme, es la zona que más ganas tenía que hacer, pero es imposible, está todo colapsado por nieve y frío. Así que decido pasar por el puerto de Pajares, pues consultando con la DGT me dicen que está abierto. Arriba nieva fuerte, el paso está a unos 1.400 metros.

Rodeo León y relleno gas otra vez, está la cosa como para quedarse tirado. En seguida estoy subiendo, me cruzo con bastantes controles de la Guardia Civil que me sonrien, por ahora me parece fácil, pero no me confío, no puede ser tan sencillo. Claro es que no he llegado a Pajares. Justo antes de subir el último tramo pongo gasolina otra vez por si acaso, la moto consume mucho en estas condiciones. El gasolinero es un cenizo y me quiere desanimar diciendo que no entre, que estoy loco que blablabla pero ¿qué hago? tampoco tengo alternativa... El puerto está abierto, pues adelante.

A las 12:32 por fin llego a los 1.375 metros de Pajares. Hola Asturias. A duras penas puedo manejar el teléfono porque las manos no son mías. Consigo echar una foto al menos, pero en ese momento justo el teléfono se muere del frío, no puede más. Pues vaya. A seguir, ya toca bajar. Mucha nieve.

Por fin, bajando destino nivel del mar. La cuesta es empinada y sinuosa, tengo que ir muy lento para no caerme... el caso es que me cruzo con motoristas, buena señal. Les pregunto y me dicen que el piso está ok. Al fin llego a a Langreo y me pierdo un poco buscando un sitio para lavar la moto, para poder llegar en unas mínimas condiciones de limpieza.

Y por fin, tras cuatro días de congelador y molinillo, llego a mi destino a las 13:41, donde me espera mi anfitriona que superamablemente me recoge. La pinta que tengo debe ser harto desagradable.

Guardamos mi motillo y ahí se queda tan sola. No creo que puedo hacer la vuelta que tenía planeada en estas condiciones: es peligroso y desagradable, así que decido preparar el retorno con un transporte para la moto. El muñeco volverá en avión.

Intento relajarme un poco y volver a la realidad. Mi anfitriona me acoge en su casa, es todo hospitalidad y yo estoy encantado. Comemos arroz y ensalada . Después me echo una siesta de tres horas. Creo que estoy muerto pero a las 19:00 me preguntan si estoy vivo y digo que sí. Es la tarde y nos damos un paseo para andurrear un poco y pasarnos por un Opencor a compramos las viandas para hacer cachopos. También compramos queso Tres Leches de Pría y por supuesto la estrella del viaje: Cabrales.

Cenamos tan a gusto y a descansar. Me he zampado un cachopo y 1.107 km de Granada a Gijón.