Susana Girón (Madrid, 1975) está ligada familiarmente al pueblo de Huéscar, en Granada. Descubrió tarde su verdadera vocación por la fotografía. Apasionada por el deporte, se licenció en el INEF y trabajó durante años como profesora de educación física en institutos. La afición que siempre tuvo por la fotografía la animó a matricularse en Fotografía y Artes Visuales en la Universidad de Elche. Cuando se graduó, con la vida medio hecha y un trabajo estable, decidió dedicarse a ser fotógrafa. Su tío Kiko, al enterarse de su decisión, le dijo: «Pero? ¿vas a dejar tu trabajo de profesora? Te pagan veinte mil duros y tres meses de vacaciones, sólo por decirle a zagales: ¡Cuatro vueltas al campo! Mal dolor te dé, o mala sombra tienes». En pocos años de trayectoria, Susana Girón ha sido capaz de generar una obra personal muy coherente como fotógrafa documental. Y lo ha hecho desarrollando series fotográficas ligadas a lo cotidiano y a las raíces culturales que, generalmente, se centran en personas con nombres y apellidos, personajes que representan mundos donde existe una cierta fragilidad que ella siente que debe ser visibilizada. Se ha convertido en una fotógrafa sensible que necesita una conexión con los espacios y, sobre todo, con las personas sobre las que trabaja que, al final, acaban formando parte importante de su vida.