Jueves 28 de Julio de 2022, día 2.

Madrid qué fea eres.

Tengo el bus a Madrid que sale de Granada a las 9:00; es relativamente cómodo pero también son 3,5 horas ahí sentado... La cosa es que no quiero ir a Barcelona en avión, porque en un aeropuerto estás atrapado una vez que entras. Te quedas a expensas de la aerolínea y cuando no retrasan, cancelan, o no hay combustible, o hay huelga, o el piloto se ha quedado dormido... o cualquier chorrada sea verdad o mentira, para cubrir sus intereses. Y no puedo arriesgarme a llegar tarde y perder el coche y remolque  que me llevará hasta Croacia, ya que me están esperando para salir. Paciencia, tengo todo el día.

Al llegar a Madrid, que está tan extremadamente horrible como siempre, ya son las 14:20 y me zampo mi bocata en la misma estación del AVE, tan incómodo porque no hay asientos, ni agua, ni nada de nada que no sea agresivo para los humanos. Está todo enfocado a que pagues unos euros para poder encontrar algo de comodidad. Incluso los más mínimos servicios son de pago, para entrar al WC hay que pagar. Que eso no me parece mal del todo la verdad, porque así están más limpios. Lo único que es un repago, claro.

El AVE sale puntual como un reloj, es un aparato chulísimo. Me lleva a Barcelona a 300 km/h, esto ya es otra cosa. Se va comodísimo y se pasa el trayecto en un pispas.

Llego a las 20:20 a la estación de Figueres-Vilafant, ni un minuto de retraso, y mi contacto allí me dice que me recoje en la estación para llevarme a la casa, que detallazo!. Viene a por mí y ya por fin nos conocemos, pues hasta ahora ha sido todo a través de teléfono. Me acerca a la casa, es ya tarde y me paso a cenar a un bar del pueblo y que está bastante bien pero sobre todo que son súper amables.

Me como un pincho de pollo y un tomate y a dormir. Estoy un poco nervioso por el viaje, genuinamente me siento como Matt el viajero.