Ay dios que me he quedado dormido! que son las 7:15... uffff
Me cuesta bastante orientarme lo primero por la mañana, además como me he levantado tarde estoy un poco despistado, casi me dejo el bote de agua... y yo nunca pierdo cosas... No estoy aún atento y no veo bien... me pierdo un poco, pero en unos 20 minutos ya estoy en la onda. Hace mucho fresquito, el cielo está cubierto así que no me da tanto Sol, e incluso me han caído algunas gotas de lluvia. Ayer me dolió una rodilla, pero ya estoy perfect.
Pronto paso otra vez a Extremadura por el Puerto Castilla, precioso lugar difícil de hacer, y bajo por una calzada pasando la ermita de San Blas.
Aún casi no ha entrado el día y mira qué calor hace ya.
Llego a Gata, que parece un sitio bastante bonito.
Pasado La Fatela, paro a desayunar en Perales del Puerto, en un parque justo enfrente del instituto, donde me dejan pasar a los lavabos para fregar los cacharros, porque las fuentes están secas, como de costumbre.
Atravieso Coria y confundo el río Alagón con el Tajo... ya me vale. Un pueblo muy bonito, pero hay puertas para el tema de torturar toros y eso me hace sentir mal por ellos y no me gusta.
Paso por carriles fáciles y agradables.
Sigo directo a Cáceres, pero antes... antes... paso a por queso, llevo días pensando en este momento, y paso por Quesería Doña Francisca, que me han dicho que son los mejores, y me quedo anodadado con el olor de la Torta del Casar. Me llevo una como un tesoro o trofeo, para comer y cenar hoy, y comer y cenar mañana.
Lavo la moto, pues me quedo en casa de un amigo esta noche. Mañana además tengo descanso para hacer mantenimiento, entonces tiene que estar impoluta.
Cuando llego mi amigo me encuentra en la ciudad y me recibe. Me aloja en unos apartamentos chulísimos que tiene, y que se llaman Cáceres Central Suites. El sitio es una auténtica maravilla, nada que ver con ningún hostal donde hasta ahora me he hospedado, verdaderamente están súper bien, y en todo el centro. Es un detallazo, gracias por hospedarme, Antonio.
Me paso por un Carrefour y compro alguna cosilla para comer, aunque en mi cabeza solo retumba el queso. Le abro la tapa y resulta que está espectacular, es un alimento tremendo, amargo y fuerte... compraré más online.
La moto se queda encerrada bajo unas bóvedas preciosas.
A la noche compro salmorejo de García Millán que está bastante bueno y me pego un atracón, el queso va menguando.
Y por la noche y a recomendación de mi amigo, me compro un helaito, que está bueno aunque tampoco demasiado.
Y a dormir, ya sin despertador, que mañana tengo el día libre.