Otra vez toca diana a las 6:20. Miro por la ventana, el día está despejado y no hace frío ninguno.
Me preparo mi desayuno tan a gusto, aunque no me queda aceite. En Jaén sin aceite. Pero bueno está muy rica mi tostada sin tostar. Salgo del hotel a las 7:30 y me encuentro encerrado, todas las puertas con llave y aquí no hay nadie! no me lo puedo creer... menos mal que en seguida baja la señora antisimpática de la casa y me libera.
Saco la moto de la despensa de papas y la armo, pero alguien me llama... miaumiau... el gatillo negro de anoche, que tiene por afición explorar, se ha colado en un portal y está como yo estaba hace solo media hora: atrapado. Doy aviso en el bar, pero parece que les da igual y me preocupa el animalito. Estoy por llamar al portal pero son las 7:30, pero como hay gente para todo, me digo "quizás es mejor no molestar tan temprano, a ver si es gente violenta, y total ya has dado parte en el bar..." y me voy un poco preocupado... miaumiau suena en mi cabeza.
Entro en las pistas y voy pensando en el gato y me acuerdo mucho de mi Naranjita.
Ya tengo que salir de Cazorla y voy atravesando zonas bastante complicadas de hacer porque son pedregosas y hay mucha nieve. Anoche estuvo lloviendo mucho y aquí, nevando. También hay mucho barro, que resbala y se queda pegado, hay que tener mucho ojo de no quedarse atrapado como una mosca.
Sigo dirección Granada, pasando por la Presa de San Clemente, a la vera de la imponente sierra de Huéscar, y pongo gasolina en una BP, para entrar en el no menos impactacte desierto de Galera, con sombras a mi lado.
Me encuentro un tipo que me está echando fotos ¿? me acerco y resulta que es un poderoso equipo del Dakar, que se llama Nomade Racing. Me cuentan que han hecho ya 15 ediciones y que están ahora con temas de bicis eléctricas en la zona. Franceses muy simpáticos.
Al salir de Galera, paso por una zona de cuevas y cruzo la Sierra de Baza que tiene montera.
Paso por Baúl y su puente de hierro, para luego del balate, atravesar una zona de pinos desperdigados preciosos.
Busco gasolina y la encuentro en Gor, pero antes compro algo de comida de baja calidad en un restaurante que se llama Hermanos Vergara. Lleno el depósito y me impresiona que las dos chavalas de la gasolinera están fumando en la puerta. En una gasolinera. Pero justo llega el jefe, y no pasa nada, porque también él viene fumando.
Paso por tubos gigantes como un gusano motorizado.
Y llego a la Torre de Guájar, donde hago la comida y descanso un poquillo.
Lo que he comprado mejora un poco con el picante.
Y saco unas galleticas tóxicas que me he ganado.
He comido tanto que no creo que pueda vivir más.
Pero tengo que seguir, que no me queda mucho y atravesando choperas llego a La Peza; de ahí a Granada es solo un último tirón de 32 km por el pantano de Quéntar. Y por fin, en casa.
FIN