Amanece despejado, hoy ponía lluvia pero no se ve agua en el cielo. Tengo sólo 35 km a Teruel, donde voy a buscar aceite para la moto. He dormido fatal, no he pegado ojo por la malura, que se está pasando a tos.

Se supone que hoy es mi día de descanso, pero como está despejado, y se espera lluvia para más adelante, quiero aprovechar y dejar ese descanso para cuando caiga agua.

En Teruel termina la ruta de Embarra2 y tengo un enlace hacia el este para enganchar con la TET España que por mi experiencia es más fácil así que ya voy un poco más confiado. Paso por el Santuario de la Virgen de la Fuensanta, que tiene mesitas y eso, un buen sitio para descansar si hace falta. Por lo visto la virgen se apareció en la zona, que le gusta a ella hacerse ver en sitios remotos.

El Cañón Rojo es realmente impactante, éste sí que se deja ver alto y claro. Súper bonito e impresionante formación, me quedo unos minutos embobado mirando, le da la luz de la mañana y resulta impactante.

Y cruzo barbechos con el Sol volando de lado y bajo.

Entro por fin a Teruel y compro dos litros de aceite en Servimotor por 25 eurazos y me voy a una gasolinera que hay cerca, en donde hay servicio de recogida de aceite de motor usado. En una ferretería compro un balde y papel y me pongo con mucho cuidado a hacer el cambio. A mitad de operación una señora con un pedazo de conjunto de hierros mostruoso de marca Mercedes casi me tira la moto con el aceite y todo... y me pone de los nervios.

Hago el cambio muy lento y con cuidado de no hacer nada mal y en una hora o así ya está todo listo. Le regalo a un chaval que allí había el aceite que me sobra, que es bueno y está nuevo y sin hacer el descasnso, continúo. Quiero aprovechar el buen tiempo, la lluvia se ha retrasado un poco, ahora la programan para mañana.

Ya fuera de la ruta de Veracruz sigo por caminos hacia El Cabezo Alto, que está a 1.641 metros, en la Sierra de Gúdar.

El camino es fácil y muy bonito.

Hace muchísimo viento y se aprovecha con los molinos gigantes que giran rapidísimo, me preocupan los pájaros, ¿podrán esquivar las aspas?.

Praderas y pinares y horizonte.

Sigo andando y encuentro una hondonada preciosa, me dan muchas ganas de acampar, pero estoy en medio de la nada, medio malo, y se espera lluvia esta noche. No es buena idea.

Tengo de todo como siempre, y me armo una buena comilona.

Sigo y para espabilarme un poco me tomo un café en una zona con mesitas muy agradable que se llama Fuente Mijares (esta fuente tiene agua pero no sé si es potable, ya lo que me faltaba era ponerme malo de la barriga también) que está en el El Pinar de Cedrillas, y después sigo por paisajes súper bonitos.

Me cruzo con una pareja de motoristas con motos de 350 kilos a los que les digo adios.

Y más caminos por esta sierra preciosa.

En este punto paso a una zona más escarpada donde hay unos pinos más pintorescos porque están como maltratados, yo creo que es zona de mucha nieve de invierno y clima bien duro para ellos. Hace buen tiempo y los son pasisajes increíbles. Me está encantado Aragón.

Paro a descansar justo pasado la Fuente del Hocino y me quedo un buen rato debajo de un pino mirando el cielo. Sigo y al momento me doy cuenta de que se me ha saltado una colchoneta que llevaba por estrenar... ay! odio perder cosas, mira que siempre voy comprobando... vuelvo unos 10 km para buscarla pero nada... y es que tampoco puedo andar mucho, porque no tengo demasiada gasolina. Qué rabia, como odio perder materiales, de ser algo útil para mí, pasa en un momento a ser basura en el campo, como si fuera yo un marrano.

La doy por perdida y llego a mi destino justo cruzando la autovía, donde había alquilado una habitación en Hotel Los Maños, que es un bar de carrtera bastante feo... pero no había alternativas, porque estamos en Semana Santa. Pongo gasolina lo primero en la Galp de la Venta del Aire y pregunto por un lavadero, pues tenía la moto asquerosa. Tengo que ir a Sarrión que está a 10 km, qué rollo... me lo pienso y digo ok, voy que hay que hacer las cosas lo mejor posible... pues nada a lavar la moto; la dejo perfecta con un par de euretes y a la vuelta me cruzo de nuevo con los franceses de las motos grandes y... aleluyah! tienen mi colchoneta! ay que alegría! qué casualidad! que bien! les doy las gracias mil veces y me voy al Hotel.

Dentro de todas mis cosas, que llevo el paquetillos, siempre va mi tarjeta para que si pierdo algo, y alguien lo encuentra -si quiere-, lo pueda devolver.

El hotel Los Maños.

Entro para pedir mi habitación y veo que tienen carne a la brasa en un fuego de esos que lleva quemando carbón tres semanas; el aire está cuajado y es irrespirable. El señor se agobia porque todo es un problema: que si no encuentra mi nombre, que si tiene que escribir mi DNI, que si hay que guardar la moto... todo problemas. Pero con mucha paciencia consigo que me guarde la moto y me entregue la llave de la habitación, y a descansar lo que pueda.

La moto se queda encerrada en un almacén; me ducho y descanso un poco. A las 20:00 o así me bajo a cenar. No tenía ganas de cocinar y me como un plato combinado típico, pero bastante rico, al lado de una ventana que abro para poder respirar, mientras que me da la brisilla que me sienta como un tiro por lo malo que estoy, pero mejor que morir asfisxiado es morir de frío o yo que sé. Tienen un pequeño supermercado, pero no me decido a comprar nada. Por todo me zampan 50 eurazos!! pero bueno, eso incluyendo cena, que no estaba mal.

A dormir.