Ya estoy casi bien del todo aunque tengo tos. Salgo a andar, hoy es un camino supuestamente fácil.

El camino es todo para mí.

Llueve un poco aunque no demasiado y me refugio un poco debajo de un viaducto para no empaparme.

Hago mi segundo desayuno antes de pasar el embalse del Molinar. Mucho viento, me cuesta bastante poner el hornillo.

Paso la presa que es muy chula, con un túnel en el que no se veía nada, porque tenía el faro obturado por el barro. Sigo por carriles fáciles y rápidos e iluminados de verde.

Termino en Jumilla, son las 12 y me voy directo a lavar la motillo y le pongo dos euros.

Y luego al Mercadona para comprar unas patatas de esas al horno para mezclarlas con la carne que me hice ayer, y me lo como todo con mucho gusto. La pasta cocida se la quito, no me apetecía.

Me dejo la tarea de compra para la tarde, pero no me acordaba de que es Jueves santo y todo cierra... repaso el mapa y veo que el Aldi está abierto, así que lo visito a ver qué encuentro, pero está pelao. Tengo un hotel que se llama Pío XII y está muy bien, me dan una habitación diciendo que era la última, cosa que no me creo. Me doy un buen paseo por Jumilla, que me parece horrorosa.

38 euros + 3 de parking.

Dejo la moto bien atada, lo más discreta que puedo, a una cerca de la policía local que había allí arrumbada.

Tengo un antojo total de pizza y salgo a buscarla, pensando que la pudiera encontrar, pero de los dos sitios que hay, uno está cerrado y el otro no me entra por los ojos, así que aborto el plan y me preparo un cacho bocata de jamón súper rico y hago una copia para mañana. Y compro queso, que me encanta.

Y tras la cena, a dormir que estoy medio muerto.