11º día: de Narbonne a Cheste: Motel La Carreta (8 horas para hacer 620 KM)

Después de dormir en el Ibis de Narbonne, a tirar con el plan de llegar a pasar Valencia.

A la altura de Girona paso por la sede de GAS GAS... qué pena...

A ver, que lo que pasó a continuación es difícil de contar.

Antes de llegar a Castellón decidí salir de la Autovía par comer, y por casualidad paré en el Bar Sport. Un bar de de los de toda la vida. Nada más llegar se asoma por la cortina antimoscas un señor que en Catalán, tercio en mano, me dice que qué moto tan grande, que qué jierraco... etc. Todo en catalán.

Entro aturdido por el calor y le pido a la señora algo de comer, y me pone un bocatatortilla y unas aceitunas, bastante rico. Todo lo bueno que puede estar un bocadillo de tortilla. A los cinco minutos entra en el bar una persona, un ser humano: se trataba de "El Piticlín". El enano del pueblo. No era enano, sólo era pequeño. Enjuto. Más fuerte que el vinagre, no levantaba ni metro y medio, con una cara de bestia que no puedo describir. Con una bici de la que no sé como se bajó pues le colgaban las piernas, con su casco y sus mallas. Y más fuerte que una vigamadera.

Y con una maleta en la espalda, que le sobresalía dos cuartas por cada hombro. Se trataba de un taladro percutor recién comprado. Nos informó a gritos que acababa de comprarlo, el más potente, "de 360 vatios o argo", para ir a robar el banco.

Pero lo único que le preocupaba es que hubiera sitio donde enchufarlo, porque de otro modo, tendría que llevar el "grupo" (eletrógeno) también para poder tener electricidad para el taladro.

Fue una suerte y un honor haber podido conocer a "Piticlín", El Enano de Tortosa. Donde quiera que ahora estés, Piticlín, me has impresionado para siempre. Eres auténtico como nadie.

Se fue en su bici, que sonaba a pelea de grillos; le ofrecí grasa que llevo siempre para la moto y me dijo que NO, a él gustaba el sonido de chirrido. Exacto, como a Chavela Vargas.

Sigo dando gas, dando gracias al Universo por mi suerte.

Un calor horrible, decido parar en Cheste y menos mal porque la humedad a los 32 grados era insoportable. Unos motoristas me recomiendan el Motel La Carreta que por lo visto es donde se quedan los usuarios del circuito de velocidad.