6 de Diciembre de 2022

Día 3

Despertamos no muy pronto, son ya las 8:00. Tenemos la furgoneta con mi moto en ella y el buggy en el remolque. También tenemos la bolsa de Pacorro que se la dejó anoche y nos ha puesto una reclamación para que se la llevemos, estamos todos locos por tocar la arena. Salimos al encuentro del resto de compañeros y se nos hacen las 10:00. Total, hoy se trata de dar una vuelta por la gran duna para simplemente divertirse por la arena.

Hemos acordado dos grupos. Yo voy con las motos de enduro: con Almendros que lleva una KTM igual que la mía, pero de otro año y 500 y Chuches que lleva otra KTM pero es una TPI 250. Por fin salimos y vamos a la arena que es chulísima; entramos todos muy excitados de por fin estar allí y yo hinco el pico a la primera. Recuerda no volver a tocar los frenos.

Nos separamos los dos grupos. Nosotros tres navegamos juntos unos 15 minutos pero en seguida perdemos a Almendros.

Chuches y yo nos salimos del track para meternos por mitad de las dunas para dejar de pisar huellas y entrar en el corazón, que es precioso.

A la salida nos reagrupamos con Almendros que viene por el carril, y seguimos andando.

Las dunas son una maravilla, me escaqueo un poco para disfrutar de la soledad desde una cornisa con unas vistas espectaculares.

El otro grupo también se lo está pasando genial, con unos escenarios increíbles. Y mucho más duro con motos de 200kg.

La KTM de Pacorro sube pero hay que abrirle bien. Como suena eso!

Poco a poco le estoy pillando el gusto, ya me he caído una vez y estoy quemando el embrague, pero en seguida voy corrigiendo estas cosas.

La cámara de Chuches da una pista de como es este trabajo.

Voy con mucho cuidado de no hacerme daño, para mi lo más importante es divertirme y no romperme nada. Ya sabemos todos los peligrosas que son las motos.

Mi Chuches le abre a la 2T como si no hubiera mañana.

En seguida se nos acaba el track, nos sabe a poco y damos unas cuantas vueltas; decidimos hacer el camino de los compañeros de las motos gordas, pero Almendros se va en dirección opuesta y lo perdemos. Chuches y yo nos vamos para el hotel, total son las 14:00. Nos vamos al restaurante "Jordi", que por lo visto es el único que tiene cerveza, y allí nos reagrupamos todos. Nos echamos una foto los 8 aventureros.

En el restaurante de repente veo una moto que me resulta familiar... y tanto! como que era mía!. Resulta que están por allí una gente de Granada y entre ellos hay un compañero al que le vendí mi anterior moto! qué casualidad!.

Comemos tan a gusto y nos volvemos otra vez para las dunas a pasarlo bien. Nos juntamos con la gente de Granada y nos adentramos otra vez en las dunas con ellos. Nos hacemos unas buenas rampas juntos.

Vemos un montón de dromedarios con ese andar de parsimonia jurásica.

Yo me lo estoy pasando de maravilla y poco a poco le estoy pillando el rollo a la arena. Las motos grandes son mucho menos manejeras, para llevar una de ésas hay que estar muy muy muy fuerte. Y para levantarla del suelo, más aún.

Nos quedamos un buen rato jugando en un enorme repecho; sube Chuches como un cohete. Luego le tiro yo y me quedo corto, pero a la segunda ya me pongo sin problema hasta arriba del todo, donde hay unos turistas pasándolo bien viendo las motos dando gas a tope.

Almendros le tira varias veces, pero queda algo desfondado.

El buggy es un auténtico espectáculo. Pipo, su piloto, lo lleva genial.

Yo no me atrevo a que me de una vuelta, porque me da miedo.

Son las 18, se nos hace tarde, a mi me preocupa la luz; hay que irse. Unos se van por donde vinimos (que eran 10 minutos de dunas), pero otros nos vamos siguiendo a Almendros por el lado contrario, que son 60 km...Cerca de un campamento lo veo en un hoyo y doy la vuelta para ayudarle a salir. Al rato también llegan Rubén y Taki. Por fin sale, y al momento se nos pierde. Decidimos entonces volver solos, hay que dar toda la vuelta a la duna y toca navegar por noche cerrada.

Por fin llegamos al hotel Mamouche, yo casi casi casi me quedo tirado sin gasolina, ya que este vueltón no lo tenía previsto, solo me queda un buchito de combustible. Relleno de mi depósito con gasolina que tenía guardada en la furgoneta, y me voy a mi hotel, el Yasmina, que está a 15 km por caminos.

Me cruzo con Almendros en la gasolinera, que estaba tirado, pero yo sigo a mi hotel, que es muy tarde. Me pierdo un poco porque hay muchas bifurcaciones, algunas con dunas, pero llego por fin sin problema. ¡Vaya día!.

A dormir.