1 de Abril de 2023

Día 4: 25 horas de ferry

Hemos llegado a un lugar a unos 50 kilómetros del puerto, donde tenemos un sitio para dejar el coche y el remolque, que es tan grande que se hace algo complicado pasar a la casa donde nos recibe un señor súper amable. Pero Egus es un verdadero experto maniobrando con el coche y lo aparca a la perfección. Son aproximadamente las 3 de la mañana.

Descargamos las motos; estoy algo nervioso, a mí no me gustan las prisas, pero es lo que hay. Me visto de motorista, preparo todo mi equipaje y nos vamos al puerto, es noche cerrada. Tenemos un tramo de asfalto que está bastante concurrido, odio la carretera y mucho más por la noche, voy bastante tenso. Me pongo el último para cerrar el grupo.

A unos 10km de llegar oigo petardazos muy fuertes y me preocupo bastante, a ver si se ha soltado el piñón o la cadena o yo que sé, porque cambié el kit completo antes de salir y digo a ver si se ha soltado algo. Pero no, resulta que la moto de Anna está sin gasolina y está pegando esos petardazos; se queda parada en mitad de la carretera, de noche... los coches pasando. Anna ponte a un lado que nos pillan, abre la reserva y menea el tanque, que se llene el carburador. Y andando, ya que Egus y Guillem no se han percatado del incidente y han seguido adelante. Por fin nos reunimos los cuatro unos 5km más adelante, todo ok. Seguimos, llegará bien.

Ya en el puerto hacemos todo el papeleo, que no es complicado, pero sí tedioso, porque tienes que ir pasando todos los filtros trufados de ayudantes extraoficiales y consentidos, que piden propinas.

Sorteamos pedigüeños y policía y salimos muy puntuales a las 8 de la mañana. Nos quedan 25 horas de travesía por el Mediterráneo.

Teniendo todo en orden, el embarque es fácil porque nos colamos con todo el morro. Yo suelo empujar la moto porque no quiero molestar y además, si no le entra aire, se calienta. Me advierten que si no anda no puede embarcar y tengo que demostrar que está bien. Así que toca arrancarla.

Nos subimos al puente 6, nos instalamos en el camarote y nos echamos a dormir hasta las 12. El barco se mueve un poco, pero a mi no me molesta, al revés.

Nos levantamos como nuevos y nos comemos unos bocatas que tenía preparados de jamón, tomate y un buen pegotazo de queso Gorgonzola, y que están buenísimos. Plátanos de postre. Después una siesta, y a la tarde echamos una partida a las cartas. Egus nos destroza a los tres.

Nos encontramos con un grupo bastante grande de Gironenses que van al desierto, como nosotros, y que son súper simpáticos, viajan con una empresa que se llama Routes4World. Tienen un guía y comentamos las zonas, yo me sé el itinerario de memoria, aunque saco mi chuleta y les encanta :) Nos dan algunos buenos consejos e intercambiamos teléfonos.

A dormir, mañana atracamos muy temprano.