Túnez

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4 de Abril de 2023

Día 7. StarWars en un pie

Nos levantamos para desayunar y estamos muy animados, hoy tenemos la visita a los escenarios de Star Wars, que aunque es una cosa de turisteo total, nos sirve para irnos acercando al desierto. El desayuno es regulero, pero en fin... yo siempre enriquezco un poco la cosa con mi mermelada y aceite.

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Nos preparamos para irnos con el olor a mierdi en la atmósfera.

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Pasando Nefta tenemos un pequeño enlace que resulta espectacular, el desierto nos queda a ambos lados y hay muchos dromedarios.

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Estos bichos son casi irreales ¿cómo puede ser éste su hábitat?.

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La arena invade la carretera y hace peraltes a uno y otro lado. Los dromedarios se pasean moviendo las mandíbulas.

Estamos disfrutando mucho.

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Pero... Guillem se sube en un banco de arena para darle caña a la moto, con tan mala suerte que sale despedido al lado contrario y da tremendo avionazo contra el asfalto. Yo lo veo en directo y me pongo amarillo y luego blanco. En seguida me acerco a él, que inmediatamente sabe que tiene dañado un pie. Le han caído encima los 220 kilos de la Teneré, más la inercia. Hacemos las primeras valoraciones y algunas curillas de poca monta y nos vamos de vuelta al pueblo, que por suerte está a sólo unos pocos kilómetros dando la vuelta por asfalto.

Nos instalamos en la plaza del pueblo para empezar con las gestiones del seguro. Egus busca hielo, pero como no hay, le hace un zapato de guisantes congelados muy gracioso. Eso le ayudará a bajar la inflamación.

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Exploro la zona, me acerco a una panadería y compro un bollo de pan con una pinta estupenda. Como es Ramadán, el hombre me pregunta para qué quiero el pan y le digo que es para una cosa. Con mucha discreción armo unos bocatas de jamón, tomate, queso que sobró de ayer y aceite, seguro nos sientan bien, sobre todo a Guillem. Compro unos refresos frescos y unas patatillas para acompañar.

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Tenemos el colegio justo en esta plaza. Es la hora de salir y todos los críos se acercan para molestarnos. Son unos verdaderos cabroncetes y no hacen más que decir chorradas, toquetear esto y aquello...nos están poniendo de los nervios. A mí por lo menos; viene algún adulto para gobernarlos pero son ingobernables.

Se acerca un chaval con cara de hostiable y nos dice algo así como que somos despreciables por comer en Ramadán.

Yo le digo que lo siento mucho y que inmediatamente guardamos la comida mientras pienso que podría, antes de imponer supersticiones, preguntar por Guillem y su maltrechosidad, que lo está pasando nada más que regular. En cualquier caso estamos en su tierra y en Roma se hace lo que los romanos, que para eso Túnez fue provincia del Imperio. Así que huímos de allí, rendidos ante los críos y la circunstancia religiosa, en dirección a un centro de salud que tenemos cercano.

Es un hospital que está tranquilo, aunque hay una evidente falta de higiene. Un gatito se pasea por los pasillos.

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El personal es muy amable, pero algo confusionador. Y el seguro de viaje no ayuda mucho. Por fin conseguimos que le hagan una foto a los huesos y no se ve mucho daño, menos mal. Eso sí, el pie parece como cuando fermenta un tetrabrik.

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Ligo con una enfermera morena que se llama Marwa y nos cambiamos los teléfonos. Dos chaveas en moto quieren organizar la boda.

A eso de las 15:00 ya tenemos todo un poco organizado y decidimos que Anna se va con Guillem por carretera al hotel en Douz, que les queda a 160km por carretera, mientras que Egus y yo haremos la ruta que teníamos planeada. Así que nos repartimos en dos grupos. Yo tenía mi motillo escondida en un callejón y salgo de ahí como un gusano de luz.

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Nosotros dos nos volvemos donde lo habíamos dejado, en los escenarios de Star Wars. A mí estas cosas no me llaman especialmente la atención y ni siquiera paramos. Egus graba desde su moto para la posteridad.

Al salir de este escenario hay que subir dos montañas de arena grandes, que pasamos bien. Arriba de estas dunas hay piedras y yo casi me estrello. Después hacemos unos kilómetros de bastante arena, cruzando la dunas de Eriguet y llegamos a Hammat-al-jarid, donde necesito gasolina para el siguiente tramo, que es largo. La gasolinera está cerrada, pero a unos metros venden botellas; con 1,5 litros iré bien. Sin darme cuenta, le regateo el precio al chaval como un profesional LOL... no era mi intención. Relleno y seguimos.

Justo después entramos de lleno en el desierto del Sáhara, en dirección al Parque Nacional Sidi Bouhiel, para cruzar su famoso cañón, que es chulísimo porque tiene unos escalones muy divertidos. Luego seguimos hacia el lago, nos quedan unos 120km de camino.

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Estamos bordenando por el norte el lago salado Chott El Djerid, que lo vamos dejando a nuestra mano derecha, y es precioso. Algunos tramillos me recuerdan a las dunas de Huelva, pero mucho más largos, por supuesto. Esto es completamente solitario y los dos juntos vamos a un ritmo buenísimo, muy rápido.

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Egus va delante, yo detás alejado por el polvo, y se me hace muy ameno y divertido. Además me gusta sentir esta soledad, es muy bonito.

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Nuestros compañeros ya están a salvo en el hotel, esperándonos.

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Hacemos el track volando y nos zampamos el camino en un pispas. Finalmente cruzamos el lago por una carretera, para salvar el barro que tiene en su parte central y que lo hace una trampa mortal de la muerte.

Rellenamos en Kebili. Veo una goma de agua a presión, pero el gasolinero es un borde y nos dice que mañana. Justo un poco más adelante encuentro otro lavadero con dos personas, estas sí muy amables, que nos permiten echar un agua a las motillos. Luego, una vez secas, las engrasamos y las dos quedan como nuevas. Vamos al hotel El Mouradi a reencontrarnos con los compañeros, a ver qué tal están ellos.

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Aparcamos. Son las 19:30. Mataría por un café en condiciones.

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Nos cambiamos y nos vamos a cenar. Yo estoy ya un poco cansado de la comida, es de una calidad bastante regulera y no me entra mucho. Procuro comer poco pues no quiero ponerme malo. Tengo asquillo en el cuerpo.

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Nos damos una buena ducha y a eso de las 21 conocemos a nuestro guía Brahim para los póximos tres días.

Acordamos los negocios y nos vemos mañana.

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