9 de Abril de 2023

Día 12. Estrés

La habitación es como un piso enorme, hemos estado muy a gusto. Además había una puerta misteriosa, pero no hemos logrado abrirla. ¿Que habría detrás? ¿una piscina? ¿un jacuzzi? ¿un portal espaciotiempo?.

Yo me levanto primero, porque quiero repasar la moto. Hecho esto me voy a desayunar, estoy muerto de hambre, aunque tampoco puedo comer mucho, me da asco todo. En el comedor me preparo un café, de esos de vending, que creo que es el café más asqueroso que he probado en mi vida, y del pan duro les pido que me lo tuesten un poco. Me lo preparo con mi aceite y mermelada, pero tiene un sabor raro. Al final me doy cuenta de que lo han puesto al calor de un fogón de gas. Si, he desayunado hidrocarburos quemados.

Con el aquillo instalado en mis tripas, subo y saludo a mis compañeros, que no me habían visto irme antes. Tras desayunar ellos, nos vamos con los bultos a las motos. Veo una manguera de agua y la limpio un poquillo. Salimos hacia la playa, tenemos un tramo para andar cerca del agua. Son las 9:57.

Justo saliento, a los dos minutos, en una rotonda la moto de Anna pega tremendo culetazo: ha pinchado. Toca reparar.

Subimos la moto en un banco y Egus la repara en un pispas, tenía un clavo. Le pone una cámara de 21 pulgadas, pero su rueda es de 17. Tenemos 134 km hoy, espero que aguante. Vamos a la playa, que resulta preciosa, pero eso sí, está llena de plástico y basura.

Nos lo pasamos bien en la arena, hacemos unas pasadas y ya. Egus y Anna son más valientes que yo, que no me acerco demasiado a la orilla porque no quiero salpicar la moto de agua salada ni quedarme atrancado jaja

Después de la playa nos volvemos por un humedal con mucho cuidado de no encontrar barro. Hoy sale el ferry, no podemos tener problemas, y queremos llegar pronto a Tunis para visitar la Medina y hacer algunas compras. Yo quiero también preparar comida para el barco, estoy hambriento y necesito comer en condiciones. Fruta por favooooooorrrrrr.

Terminamos la ruta y victoriosos rellenamos los tanques, lavamos las motos, y nos vamos hacia Tunis.

Yo siempre estoy alerta en los viajes y hasta que no estoy en casa no me quito el modo ultra, así que pienso "ojo que hasta el rabo todo es toro". Pues dicho y hecho, en mitad de la autovía, a unos 600 metros del peaje a Tunis, la moto de Anna le pega un latigazo que flipas y yo me asusto muchísimo. Ella, que es una piloto excelente, la controla a la perfección y se aparta. Ha reventado la cámara de 21" que habíamos puesto esta mañana. Egus está más adelante con las herramientas. La moto no puede/debe andar porque puede destrozar la cubierta y esto sería aún peor;  me adelanto a por él y le digo que tiene que ir a buscarla en dirección contraria.

Así lo hace y vienen los dos. Tenemos que reparar urgente, que perdemos el ferry. Lo de comprar cosas en Tunis queda automáticamente descartado... ay madre.

Pasamos el peaje y nos ponemos a reparar. Le pongo un parche a la cámara de 18" que pinchó Guillem, pero no me queda bien del todo. De todas maneras Egus la rompe al ponerla, nos está saliendo todo mal. Así que volvemos a poner otra cámara de 21" que tenemos intacta, y andando... que no llegamos... ay ay ay

Estamos a 33 kilómetros. ¿Llegaremos?. Pongo el GPS directo.

Voy sin tapones, que con las prisas se me han olvidado, y mi moto suena asquerosa, o al menos me lo parece, quizás es sólo sugestión. No dejo de pensar... si se rompe ahora... ¿qué hago?. Es peor quedarse aquí tirado que en mitad del desierto... Por fin llegamos al puerto y estamos un poco agobiados. Hacemos el checkin del barco con un pesao buscavidas revoloteando, haciendo como que ayuda para luego pedir limosna, pero lo único que hace es ponernos todavía más nerviosos. Al acabar nos pide dinero y yo, sin querer, del estrés que tengo, lo mando a la mierda.

Y por fin, pasando los chequeos del pasaporte, después de que todo el mundo nos llamara la atención por llegar mega justos, podemos embarcar, qué alivio. Luego nos enteramos de que íbamos realmente mal, porque la hora del barco no coincide con la hora local, que es una menos. Ay, no lo hemos perdido de milagro.

Atamos las motos y ahí se quedan. Me han salido 1.957 km de ruta.

No tenemos comida para pasar el viaje, ni hemos podido comprar ningún regalillo. Ufff que travesía nos espera. En el barco la comida es mierda pura y el agua la venden a precio de sangre de unicornio. 2,7 euros por 25ml. Ya no es por el dinero, es por lo obsceno del asunto.

Como es tarde, ya no hay comedor, así que nos zampamos unas pizzas que no están tan malas, la verdad. Pero yo estoy desesperado... tenía toda la ilusión de comprar tomates, huevos, pan, plátanos... de todo para comer bien durante este viaje... qué rabia...

Después nos echamos un rato y nos relajamos un poco. Esperamos a la tarde ya tranquilos para la cena y comer al menos un plato algo más elaborado. Nos presentamos en el comedor pero está cerrado WTF. Y es que, como la hora del barco no coincide con la de Túnez, que es la que todos tenemos en los móviles, pues llegamos tarde y no hay comida. Ofus... todo mal jajaja. No queda otra cosa que volver a pedir pizza. Yo no puedo ni pensar en comer eso y hago el mejor trato que he hecho en todo el viaje.

Y es que, como soy tan apañao, me quedaba un sobre de jamón de emergencia JUASJUASJUAS -que es lo que tenemos en este momento- y se lo cambio a Anna por una naranja, que necesito fruta. Y mis queridos copañeros se comen una piza con el jamoncillo por encima, que siempre le da algo más de aelgría, mientras yo me como media naranja y la otra media la comparto, por supuesto. Qué buenos compañeros la verdad.

La pizza tiene una pinta estupenda con su jamón por encima.

Ahora al camarote a dormir.