22 de Diciembre de 2023
Mis compañeros Anna y Egus ya están listos a las 3:24 para salir desde su casa hacia el puerto de Barcelona y así pillarme cuanto antes. Su barco tardará un día entero en llegar a Tánger.
A las 8:35 ya han embarcado junto a sus chulísimas Riejus.
Yo me levanto sobre las 6:00 y es tan temprano que no tengo ganas de desayuno, más adelante buscaré una cafetería y me tomo algo, no quiero encender el hornillo y apestar a gasolina el sitio. Salgo del hotel a oscuras y me voy al puerto de Algeciras que lo tengo a 20 minutejos. Cuando llego está muy bien organizado todo, los operarios son muy amables y me pongo a la cola. Soy de los primeros así que perfecto. Me queda una horilla de espera y no he desayunado aún, pero no tengo ganas de sacar la cocina, así que me aguanto.
A las 9:00 ya empieza el embarque, aunque se supone que salimos a esa hora. Así que habrá un pequeño retraso, nada que sorprenda en un viaje en ferry, es lo más habitual del mundo.
Por fin zarpo dirección a Tánger. Llevo una horilla de retraso, pero la travesía es muy rápida, sólo 90 minutos. Hay que registrarse en la policía a bordo y toca hacer la cola, así que me paso casi todo el viaje esperando mi turno. Por fin me sellan mi pasaporte y puedo salir a cubierta unos minutos antes de llegar. Pero es desagradable porque huele mogollón a tabaco (sí, la gente fuma en un barco) y las chimeneas del barco parecen que sueltan gotitas de gasóil sin quemar. Me siento en la sala y me toca aguantar los berridos de algunos críos ineducados. A pesar de todo, estoy muy contento de visitar a los vecinos y agracedido de que me inviten a su precioso país.
En cuanto arribamos, salgo el primero para quitarme cuanto antes del humo tóxico de la panza del barco. Ahora tocan las gestiones de aduana, que se hacen más o menos rápido. Me dan la importación temporal de la motillo, me sellan la entrada al país con mucha hospitalidad y allí mismo compro una SIM para el teléfono. Se ha hecho muy tarde, son casi las 13:00. Gracias por invitarme, Marruecos.
Ahora tengo enlace por carretera para alargar lo más al sur posible, que ya es tardísimo. Quiero llegar a Marrakech. Al final no he desayunado y sobre las 12 me paro a comer un bocata de pinchitos que está bastante aceptable.
Las autovías en Marruecos están muy bien, aunque conducen regular invadiendo carriles y sobre todo hablando por teléfono, pero se puede más o menos vivir. Me pica una abeja en la frente y tengo que parar en seguida a sacarme el aguijón... no parece que me haya entrado mucho veneno... estoy a 70 km de Rabat.
Quería haber llegado a Marrakech, pero aún me quedan 300 km y tampoco hay que pegarse la paliza, que es el primerito día. Mis compañeros han salido de Barceclona esta noche y les llevará bastante tiempo la travesía, así que voy bastante adelantado. Me quedo por aquí pasado Rabat y mañana sigo.
Y rodando rodando llego a las a 18 a Bouznika, que está muy cerca de Casablanca. Busco hospedajes con cocina para poder manejarme y encuentro por 30 euros un apartamento a través de Booking, que como siempre me engaña. Al llegar no hay nadie, aunque es un edificio residencial. Encuentro al conserje pero no ayuda en nada y me marea y marea durante una hora. Me canso, pregunto en la farmacia y por fin consigo ayuda. Conocen a la propietaria que a pesar de la reserva, está desaparecida.
Por fin la localizan y se tarda otra media hora en llegar, ya se hace de noche y todo. Después de casi tres horas esperando y buscando por fin puedo acomodarme, aunque sin agua caliente. En condiciones normales ya me hubiera largado, pero los ladrones de Booking se quedarán con la pasta. El sitio está bastante sucio, pero bueno es lo que hay. Por 30 eurazos ya podría estar medio en condiciones. A mí me da lo mismo todo, estoy muy contento de estar aquí.
Como está todo tan sucio, monto un campamento en el salón: llevo mi esterilla y saco de dormir así que voy genial. Por supuesto también tengo jabón, toalla, chanclas... de todo. Una vez aseado, tengo una riquísima cena preparada de casa: macarrones de los que me gustan, qué ricos. Tienen dos días, pero están en condiciones de ser zampados.
Luego bajo a un pequeño comercio a comprar galguerías de postre.
Hoy he adelantado 337 km en 11 horas y media. Llevo demasiado peso a la espalda y voy súper atento a que la moto vaya bien, que suene perfecta que no quiero problemas. Ya no hace tanto frío, así que los sabañones van mejor con el calorcito. Además, sorprendentemente, la comida me ha quitado el dolor y el picor. Me pongo un poco de crema y a dormir.